Cierta vez un tigre andaba de cacería y tuve la mala suerte de caer en sus garras.
-Pero a mí no podés comerme– le dije– Yo soy el rey de todos los animales. Si no me creés, vení conmigo y verás cómo los otros animales huyen cuando me ven.
Fue así que el tigre decidió acompañarme; cuando los otros animales nos veían llegar, escapaban. El tigre creyó que me temían a mí y no se dio cuenta de que a quien temían era a él.
Noelia Robles de 4° A.
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